La revolución de la IA y el IoT en la provisión de Internet y su transformación en América Latina
La IA se ha convertido en una herramienta fundamental en la industria de las telecomunicaciones.
Colombia, julio de 2024. En el cambiante panorama tecnológico, es decisivo estar atentos a las innovaciones y paradigmas que moldean nuestra sociedad. Uno de esos cambios, actualmente en marcha en América Latina, es la integración de la Inteligencia Artificial (IA) y el Internet de las Cosas (IoT) en la provisión del internet. ¿Pero cómo la inteligencia artificial está presente en el mundo de las telecomunicaciones?
La IA se ha convertido en una herramienta fundamental en la industria de las telecomunicaciones, siendo utilizada principalmente para optimizar la eficiencia operativa, mejorar la experiencia del cliente y detectar y corregir fallas con precisión. Según Ericsson, más del 66% de las empresas del sector ya han integrado esta tecnología en sus procesos. Además, la adopción de modelos cognitivos podría disminuir los costos de operación en más del 10% y reducir las inversiones (Capex) en un 20%, de acuerdo con el Organismo de Reguladores Europeos de las Comunicaciones Electrónicas.
La ciberseguridad es otra área de implementación crítica, a través de la detección de amenazas y la protección de información confidencial. Además, a lo largo de los años las empresas de diversos sectores han estado aprovechando las capacidades de esta tecnología para automatizar tareas repetitivas, entrenar chatbots y asistentes virtuales, o para optimizar procesos de adquisición de talento por medio de algoritmos.
En el 2023, el 70% de las organizaciones exploraban el uso de la IA generativa, según un informe de Gartner. Sin embargo, lo que estamos presenciando en este momento va más allá de la simple automatización; es una transformación profunda en la forma en que abordamos las operaciones empresariales y las interacciones con los clientes.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe CEPAL destacaba cómo la IA puede contribuir a la transformación de los modelos de desarrollo en América Latina, al hacerlos más productivos, incluyentes y sostenibles. Y uno de los sustentos para lograrlo descansa en la consolidación de una infraestructura y talentos digitales, así como un impulso a las capacidades de innovación y emprendimiento digital. Esta no es una tarea solo de la industria, pero en la provisión de servicios de internet se encuentra, quizás, una de las llaves para desbloquear el potencial de la IA en nuestra región.
En su despliegue técnico, las empresas, gobiernos e inversionistas deben tener en cuenta estrategias para elevar y sostener la calidad de la conectividad, en términos de latencia, priorización y disponibilidad; consolidar una infraestructura de nube robusta para alojar y procesar los datos; y garantizar sistemas de ciberseguridad integrales que partan del principio de confianza cero.
Sin embargo, con la innovación viene también una gran responsabilidad. A medida que integramos la IA y el IoT en nuestros sistemas, asegurar la diversidad y la seguridad de los datos se vuelve fundamental. Estos esfuerzos colaborativos entre gobiernos, empresas y comunidades científicas son imprescindibles para establecer marcos regulatorios sólidos y protegernos contra posibles debilidades.
La automatización impulsada por esta tecnología puede generar grandes beneficios, pero es importante ser conscientes de las implicaciones sociales que conlleva. Y un aspecto clave es cambiar la perspectiva que tenemos sobre su impacto en el mercado laboral, la IA llega para evolucionar los cargos, y permitir que las personas dejen de enfocarse en aspectos operativos para priorizar sus esfuerzos en las actividades que son el core del negocio y que generan más valor.
Al aprovechar estas tecnologías de manera responsable e inclusiva, podemos catalizar la innovación, impulsar la productividad y, en última instancia, mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos. A medida que navegamos por este transformador viaje, la colaboración, la adaptabilidad y un compromiso firme con los principios éticos serán nuestras guías hacia un futuro más brillante y conectado.